Se acerca el final del curso y desconocemos las intenciones del Gobierno Vasco sobre el futuro de los comedores escolares. Podemos afirmar sin ninguna duda que, con la sucesión de citas electorales, se ha metido el tema en un cajón con intención de no ser un problema.
Hace pocos días supimos que se aplaza hasta después de las elecciones del 26 de mayo el dictamen de la Comisión de Investigación del Parlamento Vasco, cuyo objetivo era demostrar si hubo responsabilidades políticas en el fraude de las empresas de catering que destapó la Autoridad Vasca de la Competencia. Lo que sí ha quedado claro es que las familias y la ciudadanía hemos sido víctimas de los amaños de las empresas que gestionan en este momento los comedores escolares de la red pública. Veremos cómo se compensa todo este daño.
En breve finaliza el contrato de estas empresas, pero todavía no se han publicado los nuevos pliegos de condiciones. ¿Acabará el mes de mayo y aún no conoceremos las condiciones que se exigirán a los menús de nuestras hijas e hijos a partir de septiembre?
Ha quedado aplazada también la decisión del Gobierno Vasco sobre otros tipos de gestión, ya que en marzo hizo público que aparcaba de momento la opción de la gestión íntegra por parte de las AMPAs. Algo tuvo que ver que (casi) la totalidad de los agentes implicados mostráramos nuestro rechazo a una opción que no es una alternativa real al actual modelo.
Mientras tanto, vamos conociendo iniciativas que demuestran que otro modelo de comedores más cercano y sostenible es posible. Las cuatro experiencias piloto han dado un vuelco al olor y al sabor de las cocinas, las experiencias fuera de normativa siguen firmes pese a todos los obstáculos y cada vez más centros educativos están presentando propuestas alternativas esperando un visto bueno que no llega.
Y es que tenemos que seguir exigiendo cambios que provengan desde arriba sin dejar de trabajar desde abajo, en nuestros centros educativos, acordando entre todas las personas que formamos las comunidades educativas qué modelo de comedor queremos y en definitiva qué educación queremos para las futuras generaciones.
Nuestras visitas nos están dando pistas de hacia dónde podemos caminar:
-En Iparralde y en Isére hemos aprendido que si hay voluntad política se pueden llevar a cabo políticas públicas que promuevan el consumo de productos locales y bio en los comedores escolares.
-En Italia hemos constatado que la alimentación escolar y la salud deben de ir de la mano, y que el fomento de una alimentación saludable es una herramienta pedagógica incuestionable para el futuro de nuestras pequeñas y pequeños.
-En Cataluña que el comedor puede ser una herramienta pedagógica de gran valor.
-En Canarias que es imprescindible el trabajo interdepartamental (Educación, Agricultura, Sanidad) para garantizar productos locales y ecológicos en los comedores escolares.
Los colectivos y personas que formamos GPGA seguimos formándonos en diferentes aspectos relacionados con la mejora de nuestros sistemas alimentarios escolares (incidencia política, en elaboración de pliegos de contratación, comunicación)
Ya hemos mostrado al Gobierno Vasco nuestra voluntad de participar y aportar nuestro conocimiento en la mesa de seguimiento de la comisión de comedores que finalizó en diciembre. Y diariamente atendemos a personas y centros que buscan alternativas al modelo actual.
¡Aún queda mucho por hacer y pelear!
En breve os contaremos más novedades. ¡Seguiremos informando!